Para buscar problemas con los frenos, debes apretar el pedal hasta el fondo prestando atención a cómo se siente el pedal bajo tu pie y evaluando la sensación.
Debes, arrancar el motor pero mantén el coche en el aparcamiento con el freno de mano activado.
- Con el vehículo inmóvil, aplica una buena presión sobre el pedal – Si notas una sensación esponjosa, probablemente el circuito de frenado tiene aire en el interior. No es difícil corregir este problema, a menos que tus frenos tengan ABS u otro sistema sofisticado de frenado. Si el pedal se queda firme al apretarlo, es buena señal, pero si va hasta el fondo fácilmente, es posible que el cilindro maestro del freno sea defectuoso o poco seguro.
- Suelta el freno de mano y date una vuelta, parando de vez en cuando – Evalúa el esfuerzo que requiere el coche para detenerse. Si tienes que apretar el pedal demasiado y éste queda a menos de 3 centímetros de la planta del coche, es posible que tengas un problema.
- Si el pedal de freno es muy flojo, apriétalo varias veces de forma rápida y seguida – Si notas que el pedal se ha vuelto muy flojo, es posible que estés perdiendo líquido de freno en el cilindro maestro. Para identificar este problema, añade líquido de freno y vuelve a comprobarlo en unos días.
- Problemas con los discos de frenado – Los frenos con discos se auto-ajustan y nunca necesitan ajustes manuales. Los frenos de tambor también tienen dispositivos de auto ajuste, pero si alguno de los componentes tiene un fallo, es posible que ya no se ajusten correctamente, dando como resultado un pedal de freno muy bajo.
- El volante tiembla a la hora de frenar – Si el volante empieza a temblar cuando frenas y tu coche usa discos de frenado, probablemente los discos frontales necesitan ser reemplazado.